De Piramides van de Jaguar

TEMA: Somos dos arqueólogos en la selva de Centroamérica, ante las ruinas de las Pirámides del Jaguar, enfrentados por la forma de reconstruirlas. Competiremos por hacerlo antes que nuestro rival, siguiendo el método de construcción más fiel al original.

MECÁNICA: Del mazo de 40, cada jugador recibe 15 cartas cada ronda. En tu turno, eliges 2 y las colocas boca arriba sobre la mesa. Tu rival elegirá una de ellas para colocarla en su pirámide y tú colocarás la restante, teniendo en cuenta que los números en la pirámide deben tener un orden ascendente de abajo a arriba y de derecha a izquierda. Si no puedes cumplirlo, la primera vez puedes colocar otra carta encima y tu rival ganará puntos (avanzando su meeple por el camino de la selva, pudiendo conseguir ciertas ventajas), la segunda, perderás la ronda. Al final de cada ronda se hace la prueba de la selva, extrayendo la primera carta del mazo restante. Si su número es menor que el número de puntos que el jugador que más tiene, éste gana la partida.

JUGADORES: Dos exploradores de 10 años en adelante.

NUESTRA EDICIÓN: En holandés de 999 games. Sin embargo no importa el idioma ya que, a excepción de las reglas, no hay ningún texto dentro del juego. Aunque no es fácil de encontrar, su precio normal rondaría los 15 euros.

DIFICULTAD Y DURACIÓN: Baja. Mecánicas sencillas y pocas reglas y excepciones, aunque hay que pensar más de lo que parece, en partidas que suelen durar unos 30 minutos.

EVALUACIÓN: Suficiente.

• Es un juego original, para pasar un ratillo entretenidos en pareja si no importa que sea bastante abstracto y matemático.
• El juego comienza (al repartir las cartas) y termina (en la prueba de la selva) con una buena dosis de azar.
• Pero excepto al final, que puede provocar un final prematuro que impida remontar en la partida, la suerte no suele ser decisiva.
• Aunque tus cartas para toda la partida (15) te sean dadas al azar, se compensa con una buena gestión de la mano (que puede provocar un poco de análisis parálisis), y el faroleo, ya que es muy importante jugar con la incertidumbre del rival, que no puede saber exactamente qué cartas tienes (por las 10 que quedan sin repartir). También es muy importante deducir qué cartas cogerá tu rival cuando pueda escoger y qué cartas tiene sobre la mano, para que no te engañe.
• Esto es vital para la parte más importante del juego: la interacción entre jugadores en forma de puteo, ya que debemos intentar que nuestro rival no pueda colocar las cartas que ofrecemos y procurar que nosotros sí podamos colocar las que nos ofrece. Aquí no perdona errores y puede llevarle a uno a perjudicarse a sí mismo si con eso perjudica aún más al rival.
• Aunque hay que adaptarse constantemente al rival, una vez se le coge el "truco", ves que no tiene mucha estrategia, más allá de aprovechar los números consecutivos de nuestra mano para perjudicar, el faroleo, y aprovechar las ventajas del tablero al avanzar en el camino de la selva (al puntuar).
• Por eso, aunque las partidas tienen tensión y diversión, no tienen más variedad que las distintas cartas que te toquen, por lo que su rejugabilidad es baja, sólo para jugar de tanto en tanto.
• Aunque los componentes son bonitos (cartas sosas pero meeple-arqueólogos muy chulos), no consiguen que sintamos el tema por ningún lado, ya que está demasiado pegado y todo va de fríos números.