TEMA: Somos aprendices de mago, buscando objetos mágicos perdidos en un laberinto de paredes invisibles, antes de que nuestro Maestro se entere de que los hemos perdido.
MECÁNICA: En cada turno un jugador tira un dado y mueve a su mago por el laberinto (tantas casillas como aparezcan en el dado) hacia un objeto mágico que se ha sacado al azar de una bolsa y está sobre el laberinto. Si por el camino encuentra una pared, tendrá que volver a su punto de partida. Si consigue un objeto mágico, se lo queda y se coloca otro desde la bolsa. El primero que consiga 5 objetos mágicos, gana la partida.
JUGADORES Y EDAD: De 2 a 4 jugadores, a partir de 6 años, resultando más entretenido cuantos más jugadores sean en la mesa, porque se hace más difícil recordar y más entretenido, además de repartirse la suerte de los símbolos.
NUESTRA EDICIÓN: Aunque no lo tenemos en nuestra colección, la edición que hemos probado es la multilenguaje (español, catalán y portugués) de Devir, aunque no importa el idioma puesto que, excepto las reglas, no hay texto en el juego. Se puede encontrar a partir de 25 euros.
DIFICULTAD Y DURACIÓN: Muy baja. Mecánica sencilla y fácil de recordar, se explica en un par de minutos y en menos de media hora se ha terminado la partida.
EVALUACIÓN: Bien.
- Es perfecto para jugar en familia con los niños y para que lo jueguen los niños solos: reglas sencillas, materiales buenos, resistentes y llamativos, además de lo sorprendente que suele resultarles el laberinto.
- La influencia del azar es bastante alta: el objeto que haya que conseguir, al robarlo de la bolsa, puede quedar mucho más cerca de un jugador que de otro. También una tirada de dados puede suponer la diferencia entre llegar antes que tu rival al objeto o no, pero es cierto que (aunque a veces no lo parezca) ser capaz de retener la ubicación de las paredes del laberinto mejor que tus rivales suele ser lo más efectivo y decisivo.
- Sin embargo, esto es difícil, y al final uno puede a jugar al tun tún...y ganar, porque el laberinto no es tan grande o te pueden salir objetos mágicos muy cerca y, si no, irás aprendiéndote el laberinto conforme avanza la partida, ya que siempre hay que hacer lo mismo: buscar piezas.
- Y ese es quizá el principal defecto, para adultos, del juego: su tremenda sencillez puede hacer que pronto resulte repetitivo y el "reto" del laberinto no es lo suficientemente atrayente a menos que se juegue con niños; ya que resulta plano y falto de decisiones. Por eso el bien es una media entre la nota baja que podríamos ponerle para adultos y una buena nota para niños.
- Pero incluso entre los niños, hay muchos a los que les frustra chocar una y otra vez contra las paredes, si no consiguen centrarse en el juego o su rival acierta más que ellos, y al final lo quieren dejar a medias. En estos casos siempre se puede acortar el objetivo: que gane el que primero encuentre 3 y se empieza de nuevo. A algunos la frustración también les lleva a intentar las trampas, pues estando atento puedes escuchar la bola chocar antes de que caiga.
- Pese a estas pequeñas pegas, el juego funciona normalmente muy bien con niños de distintas edades, ya que tiene muchos elementos que les llaman la atención y además ofrece muchas ventajas para ellos: la diversión, el trabajo cognitivo (memoria) y el respeto a las normas lo hacen recomendable para niños tanto en casa como en la escuela.
La expansión mete unas cosillas para evitar ese azar de que la nueva ficha que se saca quede más cerca del otro jugador. Además incluye unas paredes (muros mágicos) que para un lado permiten pasar (efecto bisagra) y para el otro bloquean. Yo la recomiendo ;)
ResponderEliminarNo sabíamos que hubiera una expansión. Pero por lo que comentas mejora bastante y parece muy recomendable :-)
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